Estas son las cinco razones para elegir vinos tucumanos: identidad, calidad y altura
La vitivinicultura tucumana se consolida como una de las expresiones más auténticas del Valle Calchaquí. Con una combinación única de clima, suelo y tradición, los vinos de Tucumán conquistan paladares y reconocimientos en todo el país. Desde el Instituto de Desarrollo Productivo (IDEP Tucumán) y la Cámara de Bodegas y Viñedos de Tucumán, compartimos cinco razones para elegir vinos tucumanos:
Calidad de origen
La zona productiva se encuentra a más de 1.800 metros sobre el nivel del mar, en el corazón del Valle Calchaquí. Esta altitud, sumada a veranos prolongados, heladas tardías y suelos arenosos y pedregosos, permite obtener vinos de gran concentración, frescura y carácter. Son vinos únicos, con una personalidad que no se encuentra en otras regiones del mundo.
Sello de identidad
Tucumán cuenta con una bodega única en el país: Los Amaicha, administrada íntegramente por la comunidad originaria en Amaicha del Valle. Esta es la tercera bodega de estas características en Sudamérica y representa un modelo de producción vitivinícola con identidad ancestral, donde se combinan saberes tradicionales con técnicas modernas. La bodega elabora vinos de altura que reflejan el vínculo profundo entre la tierra, la cultura y el trabajo comunitario. Es un ejemplo de desarrollo sostenible, inclusión y orgullo local.
Reconocimientos nacionales
Las etiquetas tucumanas brillan en certámenes de prestigio. En el concurso Vino Sub30, fueron premiadas 12 etiquetas en 2021 y 18 en 2022. También se destacaron en el certamen federal Guarda 14, con ocho vinos premiados en 2022 y siete en 2023. A esto se suman distinciones en el concurso Evinor, que reafirma la calidad de los productos locales.
Ruta del Vino: turismo y experiencia
El circuito vitivinícola de Tucumán recorre Tafí del Valle, Amaicha del Valle y Colalao del Valle, sobre la RN 40 y la RP 307. Las bodegas ofrecen degustaciones de vinos de altura en escenarios naturales imponentes, junto a sitios históricos como las Ruinas de Condor Huasi y la Ciudad Sagrada de Quilmes. El turismo enológico es una experiencia sensorial y cultural que crece año a año.
Variedad de cepas
Las bodegas tucumanas cultivan varietales como Torrontés, Malbec, Cabernet Sauvignon, Tannat y Syrah. Esta diversidad, sumada a las condiciones agroecológicas del Valle, permite elaborar vinos con identidad calchaquí y una amplia gama de sabores que expresan el terruño.
Impacto económico local
La industria vitivinícola tucumana está compuesta mayormente por PyMEs familiares que generan empleo y dinamizan la economía regional. Con cada producción anual, el sector se proyecta con más fuerza y compromiso hacia el futuro.
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